Escoria escondida
entre la más profunda oscuridad.
Confusión al notar
que todo lo que gira a tu alrededor
te atrapa.
Fúnebre capa que todo lo tiñe
del color negro hipócrita.
Delirio por la mentira,
lujuria si respiro engaño.
El dominio de lo irreal,
de lo fantástico,
estupendo al ser invisible
al convertirlo todo transparente.
Traspasar con mis temblorosas manos
la simple e inocente verdad
y descubrir bazofia,
oculta entre sonrisas, entre murmullos.
Ambiguo rostro que solo encubre
rumores, falsas palabras.
Oración a lo nunca creído,
idolatría a aquel que sella sus labios
con sucia sabiduría.
Adversos ojos
aliados con la inocencia
alimentan la experiencia de conocer
la diversidad del fracaso.
Contra ellos, en mi contra… siempre es fracaso.
Explico el fracaso
de lo imaginado
por una mente desvanecida,
una mente ahora deteriorada
avivada mediante creencias de encontrarse
en el mayor peldaño.
Sonrisa desgastada por la inquietud
que conlleva tratar de alcanzar
la felicidad con una simple mano.
Tumulto de almas
luminiscentes, que tratan ante todo
de cegarme por completo.
© Ana Ortiz A.
No hay comentarios:
Publicar un comentario