Escribo cuando pauso mi mirada en algún punto fijo de la ventana y veo que llueve, o cuando mi mente se queda en blanco y de repente las ideas retornan a mi cabeza. No lo hago por interés, simplemente llevo mucho tiempo desahogándome a través de la escritura. En el momento en que las teclas suenan, siento que nadie ni nada puede interrumpirme, solamente yo soy dueña de mis palabras. El hecho de saber que siempre -o casi siempre- podré escribir sin que nadie me juzgue por ello, me anima a colgar algunos de mis textos "razonables" o algunas de mis locuras mentales pasadas a un texto de Word del pc. No es más que eso.

viernes, 10 de julio de 2009

Mil bocas

Hay bocas de todo tipo... bocas inquietas, nerviosas, expertas, insípidas, suaves, torbellinas, nuevas, pasionales, fugaces, feroces, esperanzadas, claras, escondidas, risueñas, dulces, frías, ardientes, lentas...
pero sin embargo, las bocas que más llaman a mis labios son aquellas que no he probado...

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